El habitar como acto político. Espacios de resistencia, lugares de posibilidad
22 septiembre, 2025
Esta situación de penuria ha generado movimientos sociales por el derecho a la vivienda, que han transformado la lucha por la supervivencia en un proyecto colectivo de emancipación. No todas las penurias han derivado en lucha, pero es evidente que parte de ellas ha dado lugar a un movimiento por el derecho a la vivienda que ha sido significativo por su magnitud, continuidad y resiliencia a lo largo de los últimos cincuenta años. Este ha protagonizado no solo formas de protesta, sino también la producción de normas, modelos de convivencia y prácticas de gestión colectiva. Una realidad compleja, marcada también por contradicciones, que sigue a la vanguardia de la transformación urbana actual. En el contexto europeo, Roma representa hoy una realidad extremadamente rica de experiencias sociales, culturales y políticas autoorganizadas. Se estima que entre 5.000 y 7.000 personas viven en inmuebles ocupados: edificios abandonados o rescatados de la especulación, reconvertidos en viviendas colectivas y solidarias, que dan respuesta a las necesidades residenciales, creando a la vez espacios comunitarios abiertos al barrio y a la ciudad.
Pubblichiamo l’intervista a Giulia Fiocca su Crítica Urbana: “El habitar como acto político. Espacios de resistencia, lugares de posibilidad”, in cui si mette in luce come l’architettura possa diventare strumento di resistenza e possibile liberazione, non solo funzione o estetica.
Roma – oggi più che mai – è attraversata da un intenso processo di valorizzazione speculativa degli edifici abbandonati e degli spazi pubblici in disuso, con effetti profondi di esclusione per chi la abita e la vive ogni giorno. In questo contesto, l’abitare quotidiano si rivela un atto politico: una pratica capace di contrastare la mercificazione urbana e di restituire centralità alle comunità auto-organizzate, che trasformano i vuoti della città in luoghi di convivenza, partecipazione e giustizia sociale.
Un invito a ripensare la città dal basso, attraverso l’esperienza concreta di chi la vive.